martes, 14 de julio de 2009

PAMPLINAS

Después de algún tiempo meditando, ya no en el Tibet, sino en el tranquilo Nepal y al término de todo este proceso de búsqueda(¿De qué? Pues de la mamada más grande del Universo: Uno mismo), llegué a la conclusión de que descubrí exactamente: UN carajo. Sí, 1 carajo, ni siquiera 2 ó 3 que justifiquen la pérdida de tiempo y el desgaste de energías.

Bueno. Más tarde, ese mismo día: ( <--- ja...)


Me hallaba horizontal, pensando y pensando en qué coños podía invertir mi único y humilde carajo....Ya estaba perdiendo las esperanzas (porque let's face it, no soy la persona más reflexiva o la más inteligente o la más creativa o la mejor bailarina de zamacueca o la versión femenina de Melcoloco o la que mejor canta canciones del tri de méxico en fa sostenida o....en NADA) cuando escuché a mi viejo rompiéndose las nueces por el desastroso desempeño de su equipo durante el clásico del domingo pasado, y dije mentalmente: 'uta mare, ¿por qué tanto masoquismo?, no sería más fácil mandar todo al carajo y dejar de crearse falsas esperanzas con cada pelotazo que "roza" a 40 metros de distancia el arco del equipo contrario(?¿).


Claro, inmediatamente después de ese rayiiiiito de luz y antes de entregarle al olvido esa fantabulosa idea, ¡lo hice!. Mandé todo al carajo. Osea, malgasté mi carajito en una oración.


PEEERO: Ahora soy feliz cual anís.


*Al darme cuenta de que esta última oración es dueña, sin querer, de una rima "bien huevoncita", juro por mis inexistentes sobrinos que mi felicidad se ha incrementado en un 9862.25 %.


**G-Ü-A-U, desahuévate: EL ANÍS, POOONE!


***Ahora, cabe la posibilidad de que jamás haya estado meditando en el tranquilo Nepal y que todo haya sido producto de mi mísera imaginación. (<--- Neeeh )


2 comentarios:

Yared Medina dijo...

te he extraño, cómo no te imaginas.

Deivis sin nombre dijo...

El Tibet es más tranquilo que el Nepal ???