UNA PEZWEON CON PLATA

"Las personas especiales traen el sol a tu vida.
Le dan calor al mundo con su presencia,
estando cerca o lejos de ti"--Susan Polis Schutz

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Hace algunos años, solía pensar que era una persona especial. Ahora no. Antes, tenía muy claro lo que queria hacer, como lo quería hacer, y en cuanto tiempo lo quería hacer. Ahora no. Me gustaba la vida, me reia más amenudo, no tenía mayores dudas acerca de porque estaba en la tierra y hasta tenía ciertas creencias religiosas propias de una persona que estudió todo su vida en un colegio religioso.

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Ahora sólo me gusta la música rara, la pintura, los pinceles, las sombras de ojos, comida chatarra, leer cualquier cosa que termine en mis manos-buscadas o de casualidad. Ahora, me pregunto el porque de todo, me gusta "filosofar" acerca de cualquier huevada, me gusta estar de mal humor, me gusta estar sola. Algunas veces no. Odio que me tomen fotos. Odio los abrazos. Detesto a la gente que se ríe en el cine. A la gente que osa comer de mi plato, la odio aun más. Ya dije que me gusta la música rara?. Bueno me gusta la música rara. Me gusta fumar cuando no tengo nada que hacer. Me gusta manejar sin saber a donde o cuanto me tome llegar a algun lado. Odio que la gasolina este más cara cada vez. Me gusta la noche. Odio el sol. Amo la madruga. Ya no me importa que me suceda en la vida. Solo quiero ser una "pezweon con plata", lo suficiente para vivir. O mejor dicho lo necesario para sobrevivir.

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Me daría asco a mi misma, si de aqui a algunos años me convierto en una de esas personas, estresada por el trabajo, con las ojeras hasta el piso, sin vida propia, sin poder escuchar la música que tanto me gusta, sin poder si quiera tirarme un pedo. Ahora pienso que sería feliz, asi vendiera pan con pollo en las playas o hiciera malabares en los semáforos. Y si! soy una mediocre conciente de que el mundo no me debe ningún favor. Pero soy una mediocre con aspiraciones a mediocre feliz.

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Por eso se que ya no soy especial. Porque todos somos especiales. Y eso hace que ya nadie sea especial, siplemente nos hace direntes, para bien o para mal pero diferentes. Es más, ni para bien ni para mal. Sólo distintas, algunas felices, algunas tristes. Aunque, ni felices ni tristes, para mi la tristeza es una cosa rara. Tan rara como la música que me gusta escuchar.