domingo, 4 de enero de 2009

ESTRIDULA


Yo me quedo con el perro y tú como siempre con el gato…feo!!!
Es de noche, me froto los ojos y sonrío de costado, mientras veo los bastones y las bombas de luces de múltiples colores colgadas en la ventana de mi estudio. Sé que ambas nos burlaríamos de lo huachafo que resulta estar todavía, casi a mediados de enero, con el espíritu navideño hasta en el pasto.

No sé que significa-te quiero-para ti, ni siquiera tengo muy claro lo que es para mi, por eso no me atrevo a decírtelo, pienso que dejaría de ser yo, tu me entiendes, conoces de mi síndrome de incapacidad emocional. No sé, pienso que te mereces algo mejor, una frase más idílica, una frase no tan hecha o aunque sea una palabra bien pensada y es que yo te veo tan grande que no soy capaz de limitar nuestras conversaciones a un huevon un puta madre o un no jodas…aunque siempre nos agotemos en lo mismo.

En realidad siempre te he admirado, pero quisiera nunca llegar a ser como tú, no quiero asustarte, se que no hay nada peor que ser una copia barata y no pienso serlo jamás. Sabes que eres única y te sientes única, sólo que eres demasiado modesta para admitirlo, yo diría que eres hasta inigualable. Perdóname por lo que voy a contar, pero lo siento necesario para que puedas descifrar, como es que llegué a pensar que eres la persona más extra-planetaria que he conocido.

Uno de esos días en los que salíamos del colegio muy tarde, recuerdo que te pedí, mejor dicho te o-b-l-i-g-u-é a venir a mi casa para hacer alguna de las tareas juntas, de pasada porque no quería regresarme sola y tú como casi siempre lo hacías, aceptaste, pero querías pasar antes por tu casa a recoger un par de cuadernos y darle a firmar a tu mamá la agenda, aunque creo que por esas épocas ya las falsificábamos. Cuando ya estábamos como a 5 metros de llegar a tu casa, vimos que tu papá iba de salida bastante acelerado, recuerdo que llevaba una casaca de color negro, no sé si alguna vez me confesaste que tus papas tenían problemas o si quizás yo lo supuse, pero ese día algo andaba mal. Mientras nos fuimos acercando, ya casi estábamos en la puerta, escuchamos unos gritos muy fuertes, muy puntiagudos, no me costo deducir que venían de tu casa. Eran de tu mamá. Yo no tengo palabras y no creo que exista alguna que pueda describir la expresión que hicieron tus ojos, sólo recuerdo que tomaste un poco de aire y fuiste casi volando a averiguar que es lo que había sucedido. Mientras lo único que me quedó por hacer es esperar sentada en el corredor, odiándome por haber sido tan inoportuna. A partir de allí los recuerdos se me hacen borrosos, sólo sé que fue una de las pocas veces que te vi llorar...que te he visto llorar, no mucho, tú no eres de extremos, pero si lo suficiente como para que (permíteme el egoísmo de pensar en mí) la voz se me hiciera nada y me despreciara a mi misma, por no poder darte el abrazo que seguramente esperabas.

Tal vez tu merecías una vida como la mía, y yo una vida como la tuya. Nunca he entendido los desbalances del universo y aún menos este tipo de injusticias. No encuentro las palabras exactas que den la belleza que estas acostumbra a leer o muy probablemente a escribir, así que lo diré muy simple, tú eres lo que para mí significa nobleza, honestidad y confianza. Lo siento, sé que a veces decepciono, que no alcanzo, que no soy suficiente.

A pesar de todo lo que te ha sucedido y que un día nos revelaste, esta vez sí con lágrimas en cantidades industriales, tu forma de ver la vida me asombra, aunque muchas de las veces sólo este implícita en cada una de las conversaciones aparentemente sin sentido que solemos tener.

Cada vez que veo tus ojos de aceituna tengo la sensación de estar frente a una de esas ilusiones ópticas y pienso que nunca te llegaré a conocer del todo, lo que pasa por tu mente, lo que dices y sobretodo lo que no dices estará siempre alejado...en el punto de fuga central de todos esos círculos, color blanco y negro que intento contar pero que al final sólo me marean.

Sé que siempre nos burlamos de la gente que se hace la culta, la profunda, la intelectual, pero derepente, algún día deberíamos jugar a eso…quizás terminaríamos riéndonos de nosotras mismas.

Antes de terminar sólo quiero pedirte un favor, cuando te vea, quiero que pretendas que nunca has leído esto. Yo sé que lo harás. Tu sabes que compartimos esa personalidad, curiosa, tímida y algo extraña, por eso mismo, si no lo haces, me veré obligada a adquirir una conducta jirafesca, iré en busca de tierra, cavaré un hoyo y finalmente descansaré en paz.



De aquí a algunos años me podrás encontrar en la reunión anual de mujeres divorciadas con personalidades múltiples: una para todas y todas para una. Si es que no estoy allí, date una vuelta por Marcahuasi que me dedicaré a buscar marcianos y gnomos argentinos(como dice mi mamá).

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